El hallazgo de una de las mayores reservas de cobre, oro y plata del mundo en San Juan activó el entusiasmo oficial. El Gobierno celebró el descubrimiento como si se tratara de una solución inmediata a la crisis de reservas. Pero lo cierto es que la mayor parte de las divisas por exportaciones recién empezarían a llegar en 2029, cuando Javier Milei ya no sea presidente —a menos que logre una reelección hoy muy lejana.
El megaproyecto minero Vicuña, impulsado por las multinacionales BHP y Lundin Mining, entrará recién en fase de construcción entre 2026 y 2028. Las exportaciones empezarían recién después, y en el mejor de los casos podrían aportar entre US$ 1.000 y 2.000 millones anuales a las reservas del Banco Central. ¿Cuándo? Después de 2029.
Es decir: los dólares que hoy Milei no consigue, son los mismos que promete para dentro de cuatro años, cuando ya no esté en el poder. Para entonces, será otro presidente —o eventualmente él mismo reelecto— quien se beneficie de lo que hoy se presenta como “fruto” de esta gestión.
Pero la urgencia es hoy. El gobierno necesita dólares frescos ahora, no en 2029. La minería puede convertirse en una palanca de desarrollo, pero lo hará tarde. Como tantas veces en Argentina, las buenas noticias llegan siempre al que viene después.
En resumen: Milei apuesta a un porvenir que, con suerte, él mismo no llegará a administrar.