Guillermo Moreno: entre la verborragia y los fracasos electorales

Guillermo Moreno: entre la verborragia y los fracasos electorales

Guillermo Moreno: entre la verborragia y los fracasos electorales


 Fiel a su estilo confrontativo y sin filtros, Guillermo Moreno ha intentado en los últimos años convertirse en un referente del peronismo “puro”, presentándose como una alternativa al kirchnerismo y al progresismo que, según él, desvirtuaron la doctrina justicialista. Sin embargo, sus constantes reveses electorales han dejado en evidencia los límites de su propuesta política.

Desde que dejó su rol como secretario de Comercio Interior en 2013, tras años de ejercer una política económica intervencionista y polémica, Moreno ha intentado reinsertarse en la vida política activa a través de distintos sellos partidarios, entre ellos Principios y Valores, el espacio con el que se ha lanzado reiteradamente a competir.

En 2021, su intento de competir en las elecciones legislativas no alcanzó siquiera el piso necesario para participar en las generales. En 2023, se presentó como precandidato a presidente, pero su fuerza no logró superar el 1% de los votos en las PASO, quedando muy lejos de los espacios con mayor respaldo popular. A pesar de sus discursos encendidos y su apelación constante al "peronismo ortodoxo", la sociedad argentina no ha respondido con el caudal de votos que esperaba.

Moreno ha sostenido que su fracaso electoral se debe a un “cerco mediático” y a la falta de recursos frente a estructuras partidarias más poderosas. Sin embargo, muchos analistas políticos coinciden en que su mensaje no logra conectar con las nuevas demandas sociales ni representar una alternativa concreta para los sectores populares, a los que dice defender.

Además, su estilo personalista y confrontativo —que le dio notoriedad durante su gestión, pero también múltiples críticas— parece alejar a votantes moderados o jóvenes que buscan liderazgos menos agresivos y más horizontales.

A pesar de las derrotas, Moreno insiste en mantenerse activo políticamente y afirma que “el peronismo verdadero” debe recuperar sus banderas históricas. Sin embargo, su figura sigue anclada más en la nostalgia y en la retórica que en una capacidad real de construir poder electoral.

Con cada elección, se reafirma una realidad que Moreno se resiste a aceptar: el peronismo del siglo XXI ya no es el mismo, y su lugar dentro de ese movimiento parece cada vez más marginal.

Publicado el: 2025-06-24