Guillermo Francos, el equilibrista del poder: el hombre clave detrás del diálogo y la gobernabilid

Guillermo Francos, el equilibrista del poder: el hombre clave detrás del diálogo y la gobernabilidad

Guillermo Francos, el equilibrista del poder: el hombre clave detrás del diálogo y la gobernabilidad


En medio del vértigo político que caracteriza a la gestión de Javier Milei, hay un nombre que se repite en los pasillos del Congreso, en las gobernaciones y hasta en las embajadas: Guillermo Francos. El actual jefe de Gabinete se ha convertido en la pieza central del engranaje libertario, no por su cercanía ideológica con el Presidente, sino por su capacidad de tender puentes donde otros dinamitan.

Con un perfil moderado y una larga trayectoria tanto en el sector público como en el privado, Francos se posicionó como el negociador indispensable para un gobierno que, desde sus inicios, hizo del enfrentamiento una bandera. Su rol fue decisivo en la aprobación de la Ley Bases, en la contención de los gobernadores y en el diálogo permanente con el círculo rojo. En una administración que desprecia la política tradicional, Francos representa la excepción pragmática.

“Es el que pone mesura en medio de la tempestad”, asegura un legislador peronista que mantiene conversaciones frecuentes con él. A diferencia de otros funcionarios, que abrazan el discurso confrontativo de Milei, Francos opta por el bajo perfil, el teléfono abierto y la palabra cuidada. Esa fórmula le ha permitido mantenerse como interlocutor confiable incluso para quienes se oponen al oficialismo.

Su llegada a la Jefatura de Gabinete marcó una inflexión dentro del Gobierno. Con Nicolás Posse fuera del mapa, el Presidente apostó por alguien con experiencia política real, que entendiera los códigos del Congreso y que pudiera sostener una agenda de gestión sin necesidad de pelearse todos los días con los adversarios. Desde entonces, Francos se ha convertido en una suerte de canciller interno, tejiendo acuerdos con legisladores, gobernadores e incluso con referentes del PRO y del peronismo no kirchnerista.

Sin embargo, su rol también implica tensiones. Algunos sectores duros del mileísmo desconfían de su estilo, lo ven como una “concesión” al sistema que Milei prometió destruir. Otros lo señalan como el verdadero operador político del Presidente, una figura que, sin exposición diaria, influye en decisiones clave de la administración.

A pesar de esas miradas cruzadas, Guillermo Francos ha logrado sostenerse con una habilidad poco frecuente: construir poder sin buscar protagonismo, hablar con todos sin pertenecer del todo a ninguno, y mantener el equilibrio entre el ideologismo del Presidente y la necesidad concreta de gobernar.

En un gobierno que navega entre la disrupción y la necesidad de institucionalidad, Francos representa el ancla política. El tiempo dirá si ese rol alcanza para sostener la gobernabilidad o si, como otros moderados antes que él, terminará siendo desplazado por las tensiones internas del poder.

Publicado el: 2025-06-29