
El partido amarillo fundado por Mauricio Macri se encuentra sin rumbo en Avellaneda, pese a que pudieron meter un concejal en la lista de La Libertad Avanza y un consejero escolar. Las tensiones no son nuevas y alcanzaron un nuevo pico de conflictividad con la creciente disputa entre dos de sus dirigentes más visibles: Lucas Yacob y Maximiliano Gallucci. Lo que comenzó como una puja de posicionamiento político hoy se vive como una batalla abierta por el control del espacio amarillo en el distrito, con cruces, operaciones y desconfianzas mutuas que ya no se disimulan.
La pelea, que tiene componentes personales pero sobre todo políticos, se desató con fuerza tras la ruptura de Juntos por el Cambio y el acercamiento de Yacob a sectores de La Libertad Avanza, lo cual fue leído por Gallucci como una “traición” y un intento oportunista de reposicionarse en el nuevo mapa político.
Si bien Yacob logró entrar a último momento en la lista local en tercer lugar, yendo a firmar a La Plata a último momento y escondido, aun no sabe si hacer campaña pintado de violeta o amarillo y tiene que someterse a las decisiones que tome el coordinador avellanedense de La Libertad Avanza. Tal es así que en la publicación de redes que ilustra esta nota, a Yacob le dio vergüenza mostrar su cara, ya que nunca tuvo fuerza para negociar él porque la lapicera en Avellaneda siempre la tuvo Frattini.
La inclusión de Lucas fue el resultado de una negociación de último momento a nivel seccional, en la que pesaron más los equilibrios internos y las presiones externas que las preferencias del liderazgo local. Fuentes cercanas al partido violeta, aseguraron que el armador y líder libertario de Avellaneda, Cristian Frattini, no avalaba la incorporación de Yacob, a quien considera un dirigente con escasa inserción territorial y antecedentes poco alineados con los principios del espacio.