Salvajada: de la inspiración de Quiroga a la dramaturgia de Kartún y las manos de los titiriteros

Salvajada: de la inspiración de Quiroga a la dramaturgia de Kartún y las manos de los titiriteros de Libertablas

Salvajada: de la inspiración de Quiroga a la dramaturgia de Kartún y las manos de los titiriteros de Libertablas
Por: Andrea Bernardi


Siempre la experiencia de visitar un teatro declarado Monumento Histórico Nacional, como el Cervantes – que tiene más de cien años de vida y de creación artística-, es un evento en sí mismo.

Instantes antes del comienzo de la obra, la voz en off de la locutora nos avisa que los trabajadores del Teatro se encuentran en asamblea permanente desde hace más de cinco años, debido a la depreciación sufrida por sus sueldos.  No puedo evitar preguntarme cuánto arte se sacrifica con las medidas políticoeconómicas.

 “Salvajada” fue escrita por el maestro de dramaturgos Mauricio Kartún, quien se inspiró en el cuento de Horacio Quiroga, “Juan Darién”. Al llegar a casa, y aún conmovida por la admiración que me produjo cada detalle de esta puesta teatral, me urgió volver a leer esta obra, que fue publicada por primera vez en el diario La Nación en 1920 y, con posterioridad, formó parte del libro “El desierto”.

“Todas las vidas tienen el mismo valor” dice la serpiente Pitonisa, al momento del conjuro que le dará al pequeño yaguareté la oportunidad de vivir. Y muy bien lo entiende la mujer que lo amamanta con sus pechos rebozantes de leche, ya sin su bebé.

Podría reseñar esta obra teatral de muchas maneras, pero creo –confío- que cuatro oraciones se acercarán a su esencia.

De cómo el amor de una madre tiene la capacidad de transmutar su propio dolor, el más terrible de todos: la muerte de un hijo.

De cómo esa alquimia lograda permite que la vida de otro ser condenado a una muerte cruel -y a la vez, cobarde-, trascienda.

De cómo se puede renacer de las laceraciones emocionales más humillantes.

De cómo se debe ser fiel a las raíces que nos recuerdan quiénes somos, qué somos. Aunque más acertado sería referirme a “las garras” que nos impulsan, como a Juan Darién.

¿Qué es ser salvaje para una supuesta sociedad civilizada? La definición de la Real Academia Española, se refiere a un animal que no está domesticado y vive en libertad.

“Salvajada” expone la intolerancia ante las diferencias, el desprecio hacia quien es distinto: la crueldad hacia un niño con los dolores más difíciles con los que apenas –si lo consigue- puede lidiar. Pone de manifiesto el valor de ser distintos a lo “normal”, a lo esperable; y por este motivo, muchas veces considerados fieras con potencial asesino, o monstruos, por quienes solo ostentan la ignorancia.

Maravillosamente, los títeres de la cooperativa teatral Libertablas cobran vida en las manos de sus maestros, interactuando entre actores y actrices que fluyen entre ellos con su géstica, su plasticidad corporal y sus voces. Muñecos articulados, con sollozos y sonidos tan expresivos que nos obligan a cuestionar nuestros sentimientos y aquello que defendemos como ideales o creencias transmitidas o impuestas, quién sabe por quién ni con qué fin.

Juan Darién es distinto, sí, no tiene maldad y es retraído. No sabe lastimar. Se autodescubre volviendo a los recuerdos atesorados por su memoria, esos que se guardan en el alma. Esos que lo conectan con el verdor de la selva; con los movimientos agazapados bajo la vegetación densa; con los ojos entrecerrados para ver en la oscuridad; con la humedad percibida por sus bigotes…

La cascada en la que renacerá de los azotes inflingidos, tanto físicos como verbales, lo convertirá en la fiera latente que reposaba en su interior. Es el agua que lo devuelve a su verdadera esencia.

Juan Darién sobrevive a las atrocidades humanas por la compasión de seres tan sensibles como él, inocentes como animales sin odio ni resentimiento. Primero, en los brazos de su madre y, más adelante en su vida, por los fenómenos del circo. Inmediatamente a mi mente acudieron algunas de las imágenes retratadas por la fotógrafa Diane Arbus en la década del sesenta: los freaks marginados por su fealdad o por sus deformaciones.

Es prodigiosa la labor técnica desarrollada en las diferentes áreas del Cervantes: escenografía, iluminación, vestuario, títeres, musicalización. No solo recrean diferentes ambientes, sino que nos transportan a la virginidad de la naturaleza, al mismo tiempo que nos encierran en la vorágine de la violencia de los hombres.

Una y otra vez, la pregunta: ¿cómo el humano puede ser capaz de amedrentar, de causar tanto daño, de tener tanta sed de sacrificio ajeno?

Me permito destacar el trabajo actoral de los Señores Pablo Mariuzzi, como protagonista, y de Carlos Belloso, interpretando tanto al inspector como al domador del circo.

Vuelvo a aplaudirlos, a todos: artistas y técnicos, de pie.

 

Salvajada, escrita por Mauricio Kartún

Teatro Nacional Cervantes

Dirección: Luis Rivera López

Elenco:

Valentina Bassi

Carlos Belloso

Mónica Felippa

Diego Ferrari

Carolina Guevara

Pablo Mariuzzi

Gustavo Masó

Julieta Rivera López

Carolina Tejeda

Blanca Vega

 

Funciones hasta el 17 de septiembre.

Publicado el: 2023-08-18