El próximo 15 de septiembre se realizaran las elecciones en el Sindicato de Empleados de Comercio y el polémico dirigente opositor Ramón Muerza, candidato a secretario general por la lista granate-morada, sumó una nueva denuncia por violencia.
Esta vez fue por presentarse en la puerta de La Fortaleza de Eva’S, una organización no gubernamental que desde hace años reúne a sindicalistas de distintos gremios y se encarga de acompañar a mujeres víctimas de violencia de género. Según manifestaron varios testigos del hecho, el mercantil fue a amenazar a la presidenta de la ONG, Eva Serrano, quien también es gremialista opositora dentro del mismo sindicato, pero pertenece a otra lista.
La reacción violenta de Muerza se habría dado debido a la denuncia penal realizada por Serrano contra Walter Verdún, un referente de la lista Granate-Morada, por amenazas, intimidación pública e incitación a la violencia colectiva y apología del delito.
Según fuentes gremiales, Muerza está desesperado porque se encamina hacia una nueva derrota contra el oficialismo mercantil que encabeza el histórico dirigente Armando Cavalieri. Es por eso que busca conseguir votos como sea, aún si tienen que ser por medio de la fuerza. De hecho la denuncia contra Verdún se dio porque este fue a apretar a los delegados que juntaban avales para otra lista opositora. Finalmente la tercera lista no pudo ser oficializada, es por eso que desde la Granate-Morada intentan sumar esos votos a como de lugar.
Antecedentes violentos
El año pasado, varios delegados de base de una cadena importante de supermercados denunciaron la persecución y la violencia a la que se veían sometidos por parte de patotas que respondían a Muerza. Al delegado de la sucursal Retiro, Héctor Castro, lo amenazaron de muerte delante de muchos de sus compañeros por haber visibilizado que no se habían cumplido los protocolos de sanitización de la sucursal tras la aparición de dos casos poniendo en riesgo a los clientes y trabajadores.
Pero en aquella ocasión tuvo más suerte que la vez anterior, cuando tras organizar una asamblea para que se cumpla el convenio colectivo de trabajo, 20 matones le propinaron una tremenda golpiza. Desde ese momento circula con un botón anti pánico provisto por la justicia.
